El círculo polar ártico

El Ártico es un territorio que atrae a gran número de personas de espíritu aventurero tanto por su tundra nevada como por su espectáculo mágico de auroras boreales. Estas “luces del norte” que aparecen en noches despejadas y oscuras, sin poblaciones cercanas que distorsionen con sus luces artificiales su verdadero aspecto, son dignas de ser vistas al menos una vez en la vida. Es un fenómeno natural que se produce cuando las partículas solares chocan con el campo magnético de nuestro planeta. Lucen como una onda en movimiento con distintas tonalidades de verde, azul, rojo o violeta. Pueden durar desde minutos hasta horas. En Laponia, Finlandia, se producen auroras casi a diario entre los meses de septiembre y marzo. En Islandia algunas noches la aurora se puede ver sobre su capital, Reykjavik. Groenlandia, Alaska y Canadá también son destinos fantásticos para ser observadas.

El círculo polar ártico denomina el territorio que bordea el Océano Glacial Ártico en el Polo Norte de la tierra. Este territorio pertenece a diferentes países: Noruega, Suecia, Finlandia, Rusia, Estados Unidos (Alaska), Canadá, Groenlandia (perteneciente al reino de Dinamarca) e Islandia. Es habitado desde hace miles de años por pueblos indígenas. Los Sami, único pueblo indígena de la Unión Europea, viven en una región conocida como Sápmi, la cual abarca territorio de cuatro países: Noruega, Suecia, Finlandia y Rusia. Su nombre, Sami, significa “gente que está unida”. La cría de renos es uno de los elementos más importante de su cultura. No existe un registro exacto de su población, pero se calcula que unas ochenta mil personas conforman el pueblo Sami. Su lengua tiene más de 100 formas distintas para describir la “nieve”.

Los Inuit habitan en Alaska y regiones del ártico pertenecientes a Canadá y Groenlandia. Los Yupik en la parte rusa. Estos pueblos indígenas son más conocidos como esquimales, aunque en Canadá este término ha caído totalmente en desuso, porque se considera despectivo.

El perro de trineo tiene un papel muy importante en su cultura. También las pequeñas embarcaciones llamadas Kayak.

Eran nómadas. Seguían las migraciones de los animales de caza. Durante el invierno vivían en iglús y en el verano en tiendas hechas de pieles de animales.

El traje tradicional era de pieles, usado tanto por hombres como mujeres. Confeccionado con el máximo cuidado. Incluía impermeable de intestino de foca y una especie de gafas de madera para proteger los ojos y raquetas de nieve.

Les gustaba pasar los largos meses de invierno cantando canciones acompañadas por el tambor y bailando. Su danza en grupo puede parecer estática porque todos los movimientos se hacen exclusivamente con la parte superior del cuerpo.

Sus creencias religiosas tienen principios animistas y chamanistas. Los animales poseen un alma y el cazador debe celebrar un breve ceremonial para esta cuando muere el animal. Explican en su mitología que en el origen del mundo en un primer momento sólo existían un hombre y una mujer. No había ningún animal en la tierra. La mujer le pidió a Kalia, el dios del cielo, que poblara la tierra. Kalia accedió y le ordenó a esta que hiciera un agujero en el hielo para pescar. Entonces la mujer sacó del agujero uno a uno todos los animales. El último en aparecer fue un caribú como regalo especial de Kalia. Este alimentaría a su pueblo. El lobo sería enviado más tarde para comerse a los caribúes enfermos y débiles manteniendo así a su especie con salud para beneficio del pueblo Inuit. Así, Amarok, el espíritu del lobo, es admirado, entre otras cosas, por su búsqueda del equilibrio en la naturaleza.

En la actualidad, debido al fuerte proceso de globalización, se están produciendo cambios en sus formas de vida. A partir de la segunda mitad del siglo XX se crearon nuevas comunidades árticas permanentes alrededor de bases aéreas con escuelas y centros de salud. La población Inuit creció y se estableció en ciudades. Actualmente viven en viviendas modernas con materiales importados. Sin embargo, aún siguen practicando algunas de sus costumbres y manteniendo una conexión con su pasado y sus valiosos conocimientos para la supervivencia en el Ártico.